miércoles, 11 de julio de 2012

Torre de babel

Desde hace mucho tiempo que el hombre tiene la ambición de llegar al firmamento, y este siempre ha sido condenado por este deseo. En la mitología a Icaro se le desarmaron las alas producto del calor del sol, solo por intentar llegar cada vez mas alto, en la antiguo testamento, se habla de que se castigó a los hombres por construir una torre (la que le da el título a esta entrada) así creando la diversidad de las lenguas para que no se puedan entender, pero sin embargo, ya en el nuevo testamento a Pedro se le dio una piedra para que con esta construyera una iglesia, y hoy en día, las iglesias (sobretodo las de arquitectura gótica) tienen un montón de puntas que intentan acariciar el cielo, cosa que para nada me hace sentido. Por que la gente entonces intenta construir edificaciones de alta estatura, creen que los hace superiores, es como un desafío hacia un ser supremo que habita allí arriba, y al mismo tiempo le quitan el significado a la vida que en este momento es la única que se nos hace real, la gente no entiende que mas intentamos ascender, mas nos sumergimos. Va a llegar un día en el que estaremos repletos de rascacielos, de torres y de esculturas gigantes, y ese día, nos daremos cuenta de lo insignificante que nos vemos, de lo nada que somos, si tuviéramos más estructuras de nuestra comodidad, o mas bien del tamaño necesario para nosotros, nos daríamos cuenta de lo grandes que somos.

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